
La gente también pensaba que se los encontrarían por las calles si salían de sus casas.
Como no todos podían permitirse quedar encerrados en casa toda la noche, los que salían creían que disfrazándose no serían reconocidos por los fantasmas. ¿Y qué hacían?. Pues usaban máscaras, capuchas, con el propósito de despistar a los fantasmas en su búsqueda de espíritus.
Las primeras celebraciones en Estados Unidos incluían fiestas públicas en las que los vecinos compartían historias de muerte y fantasmas, adivinaban la suerte, bailaban y cantaban. A la mitad del siglo XIX las festividades anules del otoño eran comunes pero Halloween todavía no se celebraba en todo el país. Esto comenzó a generalizarse con la llegada de los nuevos inmigrantes irlandeses en la segunda mitad del siglo.
En este momento, los estadounidenses comenzaron a disfrazarse e ir casa por casa pidiendo comida o dinero, una práctica que luego se convirtió en lo que hoy conocemos como el trick or treating (truco o trato). Lo mismo que harán la noche del 31 de octubre millones de niños en todo el mundo.
En este momento, los estadounidenses comenzaron a disfrazarse e ir casa por casa pidiendo comida o dinero, una práctica que luego se convirtió en lo que hoy conocemos como el trick or treating (truco o trato). Lo mismo que harán la noche del 31 de octubre millones de niños en todo el mundo.
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